Unheimlich


(Imagen extraída de la wikipedia)

 

Existe un concepto, extraído de un libro de Freud, al que no paro de dar vueltas. Se trata de lo Unheimlich. Es un concepto difícil de explicar. A ver si lo consigo.

Freud contrapone la palabra Unheimlich a Heimlich. Así, si la palabra Heimlich se refiere a lo íntimo, lo secreto, lo familiar, lo doméstico, la palabra Unheimlich se refería a lo contrario. Si bien, con muchos matices. Vamos a ver, se trataría de tomar algo cotidiano y familiar y convertirlo en lo contrario, en algo extraño. Uso esta palabra porque creo que lo Unheimlich está relacionado con lo que los formalistas rusos llaman extrañamiento o desfamiliarización. 

La idea no es cambiar por completo las reglas del juego. Bastaría con cambiar algún elemento. Por ejemplo, un niño descubre que su madre (persona predestinada para cuidarlo) quiere devorarlo o un seductor de mujeres descubre que está siendo seducido de manera irremediable por otro hombre. 

Concibo los relatos como una casa que todos conocemos de sobra en la que de pronto se mueve de sitio de forma sutil, radical e inexplicable algún mueble. Creo que si entráramos de nuevo en la casa y estuviera todo desbaratado, no causaría la misma sensación, porque nos costaría reconocer esa casa como la nuestra y nos sentiríamos fuera.  

La clave, por tanto, de un buen relato está en la introducción proporcionada de lo unheimlich. En el fondo, la literatura se parece mucho a la cocina. Se pueden utilizar los ingredientes que se deseen, pero hay que tener mucho cuidado con las cantidades empleadas. 

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